martes, 11 de enero de 2011

Serenata a la luna de un vagabundo en la penumbra.

  -¿Quién respira?
-Yo respiro.
*Y nadie mira...*
Fui alguien. Es todo lo que puedo decir ahora. Hace años, me sentía alguien. Era peor persona, sin embargo la gente me respetaba e incluso me admiraba. Después sufrí mi condenación en Mallorca. Pero volví, volví renovado. Con mucha más experiencia y sabiduría, dispuesto a dar afecto y confianza a los demás. Volver a la sociedad.

Varios años han pasado ya de mi regreso, en los cuales he ido mejorando como persona, o eso creo. Sin embargo, desde el mismo momento en que regresé, la sociedad, mi sociedad, ya se había olvidado de mí. Me convertí en un renegado, un proscrito del silencio. La gente me teme, me creen manipulador, dictador. No sólo eso. Aun entrando en las nuevas sociedad me convierto en el elemento "indeseable".

· Cuando los recuerdos se olvidan...
· Cuando la esperanza muere... 


Comprendí, que estar solo no es lo que había sufrido en mi exilio. Entendí que estar solo es estar en un pasillo de clase, con tus compañeros de hace más de un año y saber que ni siquiera saben que estás ahí. Vivir la experiencia de la soledad en compañía es el verdadero rostro de... ¿La crueldad?

Antes querían oir mis consejos, ahora aborrecen el sonido de mi voz. Antes confiaría mi vida a apersonas que ahora ni siquiera me miran. Antes era alguien. Ahora soy otra cosa. Ahora soy un vagabundo de la penumbra.

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