La libertad de ser distinto

Todos somos distintos por naturaleza. Pero el ser humano es sociable, hay que admitirlo, como dijo Fernando Savater en Política para Amador y por tanto tiende a identificarse con los miembros de su sociedad. Claro, siendo todos diferentes esto es un poco difícil, así pues, dependiendo del momento, de la moda, se crean nos patrones sociables que son más o menos permisivos. Si no cumples estos patrones eres rechazado, repudiado por los demás integrantes.

Técnicamente vivimos en un país donde esto no debería suponer ningún problema. Nadie está obligado a seguir ningún tipo de patrón. Pero la sociedad tiene sus propias leyes. Afortunadamente, hay distintos tipos de sociedad y de todos los colores lo cual facilita al 100% la integración de cualquier individuo.

Pero no podemos obviar nuestra individualidad, pues no hace únicos. Y aquellos que así lo piensan son los que realmente son libres. Aquellos que pese a estar unidos a un conjunto de miembros de una sociedad siguen manteniendo su naturaleza incluso cuando puede llegar a chocar con lo demás. Desgraciadamente, no todas las sociedades tienen el mismo grado de influencia. Las minorías son menospreciadas como en cualquier etapa de la historia.

Así pues, lo más importante es no tener prejuicios sobre los demás. ¿Me conoces? ¿Te conozco? No. Entonces, ¿Por qué el rechazo? ¿Por qué las burlas? En fin, yo que algunos haría examen de conciencia. Una querida amiga mía siempre dice una frase para este tipo de cosas: "Conoces mi nombre, no mi historia."