martes, 18 de enero de 2011

¡STOP!

¡Brabuconerías! Habiendo hallado para mí la solución al enigma destino me encuentro con algo peor. Es como encontrar algo que llevas mucho tiempo buscando, y que ese algo era una tapa de alcantarilla. Cuando la levantas... ya nada vuelve a oler igual.

¿Pero qué hay ahí dentro? ¡CALLA!

Maldita loca cabeza, ¡Para!

¿Por qué no te detienes en tu laborioso y eterno pensar? ¿No ha sido suficiente causar mi dolencia de corazón? Y ya se burlaron de él por intentar hacer yo una broma. ¡Já! Solemnes insensatos que hablan por hablar. Este esquizofrénico no es como los demás...

Ideas sociales moran mis entrecruzados hilos de mis pensamientos. ¿Qué dirán? ¡Lo que quieran! ¿Qué dicen? ¡Qué me importa! ¿Por qué a él le quieren más que mí? Pero...¿Por qué me duele? Un "te echo de menos" que no va para mí. Un "gracias papá" que no soy yo. Un "te quiero" -porque eres el amigo del que de verdad le tengo afecto y tengo que aguantarte.- Y ¡yo! estúpido de mí. Me arrancaría el corazón. Mi corazón podrido, convaleciente. Enfermo a mis 18 años. Por ustedes... desagradecid...s

¿Cuando me volví bueno? ¿Cuando empecé a vivir la paz? Aristóteles tenía razón. De nada sirve preguntarse "¿Por qué...?" para respuestas infinitas... Pero ¿Por qué no puedo parar? ¿Me estoy volviendo loco o es que mi verdad es enloquecedora? ¿He de quedarme viendo como todos intercambian afecto? Y yo... reclamándolo... dándolo... y pobre de él.

Por querer ser el héroe, soy un fantoche. ¿Por qué no dejo de pensar estas chorradas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Es preferible comentar por algo a no-comentar por nada.