viernes, 1 de octubre de 2010

Destino o Pesadilla

He aquí, la misma pregunta que se formula todo el mundo en algún momento de su vida. ¿Qué es el destino? o mejor dicho: ¿Existe el destino? Yo me considero un hombre libre, es más, firmo con ese sobrenombre. Por lo tanto me niego a creer en la existencia de cosas que dominen mis actos, véase Dios por ejemplo. Por esa regla tampoco creo (o al menos creía) en el destino. Tampoco en que todo era un cúmulo de casualidades al azar, simplemente pensaba que las cosas ocurrian porque eran inevitables ya que de lo contrario, se hubieran podido evitar. (Hago referencia a las cosas que ocurren y que me afectan, pero que no he intervenido en ellas de ninguna forma.)

Pero... durante estos últimos meses, esos sucesos "inevitables" empiezan a tener una extraña, ¿Y por qué no?, acojonante relación entre ellos. Me cuesta buscarles sentido a las cosas que me pasan porque han llegado a un punto en el que al yo intervenir, para intentar evitarla, los sucesos inevitables acaban llevandome de nuevo al mismo camino o como en los casos ocurridos, a un final determinado. Esta entrada está dedicada al último de estos actos, que ya, resultan estrambóticos. Bien es sabido por anteriores entradas que estoy "pillado" por una chica que de ninguna manera esta a mi alcance y ni siquiera es mi gusto, pero por extrañas razones me ha hechizado.

Bien. Yo intento evitarla, intento olvidarla. Incluso le he dicho "Adiós" personalmente como símbolo de que quiero alejarme de ella. Pero por extraños azares vuelvo a encontrarmela. Dentro de unos días, yo no iba a ir a cierto lugar, porque no tenía medio de transporte. A última hora, un amigo mío me dice que puedo ir con él. La chica en cuestión, iba a ir a ese lugar también, pero por otro camino. Por desgracia para mi, ella se quedó sin vehículo y yo le dije a mi amigo que ella fuera en mi lugar. Tras varios cambios de personal, yo he acabado yendo con la chica en cuestión. Y ya no puedo rechazarlo porque hay gente que se ha sacrificado para que yo vaya. En cuestión de horas, todo lo que estaba planeado y decidido desde hace semanas se ha modificado, como por arte de magia y el resultado es que yo (que no iba) y dicha chica (que iba, pero por otro lado complemante distinto) semos compañeros de carretera. Y este no ha sido más que el último ejemplo... así llevo meses.

Así que... si realmente existe el destino, puedo asegurar que tiene forma de grilletes aterciopelados. Te atrapan suavemente... y cuando intentas escapar, te das cuenta de que no puedes hacerlo...

1 comentario:

  1. LOOOOOL Tengo unas esposas EXACTAMENTE iguales, vamos es que el colorcito es el mismo y las llaves son las mismas xD

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