Echaba de menos a mis peces. Echar comida para ver como se lanzan a por ella como voraces depredadores, y sin embargo te sacan una pequeña sonrisa. Parece una tontería.
He dejado twitter y creo que será algo a largo plazo. Lo he quitado de mis marcadores para evitar la tentación de verlo ahí siempre, así que supongo que la desgana y mi olvido harán el resto del trabajo. Pensé, cuando empecé fuerte con twitter, y al igual que cuando empecé con el blog, que abrir mi mente al mundo sería una fantástica idea. Demonios. Tantos pensamientos cruzados en mi cabeza, tantas ideas fluyendo sin fin ¿Cómo podría ser tan egoísta de quedármelas para mí? No, tenía que compartirlas con el mundo, y con ello, que el mundo compartiera las suyas conmigo.
Twitter ha sido para mí una revolución en cuanto a este trabajo y al de comunicarse con los demás se refiere. Han sido algo así como dos años. He conocido a personas increíbles y bla bla bla, sí, lo bueno de casi todas las cosas, pero me de dado cuenta de algo realmente malo. Y es que abrirme al mundo fue el mayor error de todos. Lo único que he conseguido ha sido que la gente me coja más asco del que pudiesen tener ya hacía mí. Muchas veces pensaba que si la gente pudiera llegar a conocerme mucho más profundamente de lo que les dejo en persona les acabaría cayendo muy bien. Y pensar que esa máscara que uso no era para protegerme a mí sino para protegeros a vosotros de mí...
Cambios por todos lados. Mi vida se resume en cambios veloces. En menos de un mes tengo otra vida distinta. Me gusta y a la vez me agota. Ahora voy a peor, tras meses de auge. En especial porque creía haber cubierto la vacante de mejor amigo, por una vez pensé que podía sentirme parte de algo y no de estar siempre a tu vera, queridísima vieja amiga, S.
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