Ya está bien. Se acabó. Es hora ya de dejar de intentar engañarme a mí mismo.
Vamos... Todos somos iguales. No en el sentido de ser copias de copias, sino en que todos tenemos una naturaleza. Y una conducta. La conducta es como queremos ser, la naturaleza lo que somos. A veces coinciden, a veces no.
El problema es que la naturaleza siempre vence a la conducta, la aplasta, la asfixia. Hace que se arrodille ante ella, mientras la conducta agacha la cabeza, cierra los ojos y espera que todo pase rápido. La naturaleza es egoísta. Autócrata. La conducta puede contenerla, pero no eternamente. Al final, es una nuestra sangre, nuestro yo real quien gana.
Así pues, si no estás hecho para tener pareja ya puedes encabezonarte todo lo que quieras. Te vas a enamorar de una chica cada cierto tiempo. Enamorar profundamente, que no tiene que ser mentira. Pero tan efímero como profundo. Si eres un vividor y te va la conquista, la guerra, de nada te sirve convencerte de que en la paz de la estabilidad estás cómodo. Al final la inestabilidad te atraerá, y lo peor es que te gustará caer en las tentaciones... Hay algo de nosotros que nunca, jamás, podremos negar.
Aunque bueno, mientras la conducta aguante...
Pensamientos, historias fantásticas, relatos llenos de nostalgia, felicidad y tragedia, fotos que te arrancaran las palabras de la boca, ignorancia que quiere aprender, sabiduría que quiere enseñar. Un lugar para recordar lo que es olvidar.
sábado, 14 de abril de 2012
viernes, 13 de abril de 2012
Noches en vela.
¡Vaya!
Veo que esto ha cambiado bastante desde la última vez que entré. Ya hace algún tiempo... Y es que perdí la motivación, al ver que lo que escribo ha ido perdiendo poder a medida que el tiempo ha ido pasando. Quizás haya sido por culpa de Twitter, quién ha absorbido mis pensamientos además plasmarlos. Donde hay mucho más público hay que añadir, porque... admitamoslo... me encanta que se metan en mi cabeza y me saquen mis ideas. Las fluyentes palabras de mi mente.
¿Alguien se ha preguntado como serán? Las palabras digo. Las palabras que todos pronunciamos en nuestra cabeza. Las escritas es obvio, y las orales son aire o sonido, como queráis verlo. Pero ¿Y las mentales? ¿Y los hilos de pensamiento que se nos cruzan en días de trabajos y en las noches en vela? ¿Cómo serán?
En fin.
La verdad es que me gustaría hacer un lavado en el blog. Quitar esas entradas... que no me gustan. Dejar las genialosas y volver a escribir con el ímpetu de antaño. Pero prefiero dejarlas, porque al fin y al cabo reflejan un tiempo de mi vida. Confio pues en volver renovado. Una amiga me ha recordado el valor de escribir y creo que es una buena idea. Espero, que en este tiempo o en otro, al menos, alguien me lea. Pues para eso escribe el hombre desde la antigüedad. Para darle forma a esos hilos de pensamiento. Para que alguien mire dentro de ellos... a través de nosotros...
Veo que esto ha cambiado bastante desde la última vez que entré. Ya hace algún tiempo... Y es que perdí la motivación, al ver que lo que escribo ha ido perdiendo poder a medida que el tiempo ha ido pasando. Quizás haya sido por culpa de Twitter, quién ha absorbido mis pensamientos además plasmarlos. Donde hay mucho más público hay que añadir, porque... admitamoslo... me encanta que se metan en mi cabeza y me saquen mis ideas. Las fluyentes palabras de mi mente.
¿Alguien se ha preguntado como serán? Las palabras digo. Las palabras que todos pronunciamos en nuestra cabeza. Las escritas es obvio, y las orales son aire o sonido, como queráis verlo. Pero ¿Y las mentales? ¿Y los hilos de pensamiento que se nos cruzan en días de trabajos y en las noches en vela? ¿Cómo serán?
En fin.
La verdad es que me gustaría hacer un lavado en el blog. Quitar esas entradas... que no me gustan. Dejar las genialosas y volver a escribir con el ímpetu de antaño. Pero prefiero dejarlas, porque al fin y al cabo reflejan un tiempo de mi vida. Confio pues en volver renovado. Una amiga me ha recordado el valor de escribir y creo que es una buena idea. Espero, que en este tiempo o en otro, al menos, alguien me lea. Pues para eso escribe el hombre desde la antigüedad. Para darle forma a esos hilos de pensamiento. Para que alguien mire dentro de ellos... a través de nosotros...
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