Se fue. Otra vez.
Siempre separados. Hacemos lo inhumano para estar juntos, pero no es suficiente. Podría pasarme la eternidad besando sus labios, acariciando sus suaves mejillas. Una eternidad corta, pues siempre acaba. Un adiós, un nos vemos, un te llamo por la noche. Un leve gesto de muñeca con la mano. Un hasta que nunca va acompañado de un mañana.
Me duele. Pero más me duele su miedo a saltar, su miedo a cerrar los ojos y dejarse llevar. Esos labios que me evitan, esas mejillas que se esconden. Sé que está al borde, pero no da un paso más, al vacío, a caer de espaldas a mis brazos, a la nada. Donde está el todo. Por suerte hay algo más fuerte que su miedo, hay algo más fuerte que mi impaciencia. Más fuerte que el tiempo, la distancia, la nada, los siempre y los nunca.
Demasiados siempre. Demasiados nunca. Demasiada eternidad. Pero que más da, que los hasta no lleven mañana. Esta noche es nuestra, y eso, nadie nos lo puede quitar.
es preferible tener una gota de amor que un acéano de indiferencia.- me pareció hermoso este escrito... es un canto a la eternidad del amor..
ResponderEliminarQue palabras tan lindas *-*
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